Plan de seguridad solicita entrega voluntaria de armas e impedimentos a su tenencia. Inicia su funcionamiento el Observatorio de Homicidios. Se refuerza funcionamiento material, táctico y estratégico de carabineros. Se vota prorroga de estado excepción “acotado”. ¿Basta todo esto para impedir un asesinato, la muerte intencional de otro ser humano?
-Imágenes en TV del asesinato de un cartonero de 69 años llevado a cabo por dos jóvenes. Asesinado mientras dormía. Lo mataron con golpes de pies, puños. Con un palo lo golpearon 8 veces. Agonizó 10 días. Niño que lo conocía: “Llevaba una sonrisa en la cara, aunque no tenía nada. Él me enseñó a admirar lo que tengo. A veces uno no ve lo que Dios le da. No hacía mal a nadie”. Colgaron imágenes religiosas y se persignan en la esquina de muerte.
Lugar de culto. Congoja de niño. Recuerdos de niño. Niño sabio. Sacerdote arcano. Niño. Sólo un niño. Triste. Inmensamente triste. No nos abandones.
-Cobarde asesinato de un carabinero. Delincuentes narcos. Un disparo a quemarropa en la cabeza.
Agujero de amor vacío. Perversión del deseo. En una barbería.
-Dos personas entregan un pequeño zorro a tres perros para que lo devoren. Acción es filmada. Uno era funcionario del SAG. Aullidos de dolor polvorientos. Indignación transitoria. Imagen rota.
Los animales no tienen animitas. El hombre sí. Es “masa de sangre”. Sanguinario con los extraños. Es “un animal enfermo de muerte”. La muerte “define la condición humana”. Negatividad radical “sin representación psíquica”. Animita freudiana. La pulsión de muerte se exterioriza como “pulsión de destrucción dirigida al exterior y otros seres vivos”.

Crueldad humana. Guerra, torturas y asesinatos desde que el ser humano lo es y antes que lo fuera. Un animal depredador. Desde pequeño juega a matar al otro. Se fascina por las películas de guerra y violencia. Simulacros de muerte. Ve la muerte por TV. Mata a padres, madres, hijos, hijas, hermanos y hermanos. Mata al extranjero enemigo. Mata al diferente. Mata por poder, por ambición económica, en nombre de una religión y sus dioses.
Tu muerte es mi placer. Deseo de muerte
Disfruta viendo la muerte del otro. Desde el inicio de la vida es capaz de destruirla. Mata a quien dice amar. Mata a quien dice odiar. Enfermo, mata. Sano también. Escribe, poetiza y pinta a la muerte. La muerte como obra de teatro. Muerte performativa. Levanta museos sobre ella. La hace bella. Filosofía mortal. Se mata el mismo. Mata a sus dioses para poder matar. Quiere reemplazarlos. Para eso necesita que estén muertos. Sólo conoce la muerte en la muerte del otro. La muerte fetiche. Objeto de consumo. Altares de muerte. Negocios mortales. Destrucción de la naturaleza. Misterio vacío. Tánatos, hijo de la gran noche.
“Cuando los dioses crearon la humanidad, asignaron la muerte para esa humanidad” (Epopeya de Gilgamesh).
La muerte: Alteridad radical. Auténtica posibilidad de existencia. Apertura al misterio.
El ser humano: “Ser para la muerte”. “Muere para llegar a ser”.
¿Matar al otro?
“Matar es esencial para la condición humana. Todos somos capaces de matar”
¿Cómo evitarlo?
Freud habló del eros/impulso de vida, de la cultura/sociedad, del amor sobre el odio, y la educación ética moral.
¿Y la religión? Lo prohibió. Dislocada, lo permitió y a veces lo mandó.
Quizá la única opción, la urgente restauración de lo sagrado y lo absoluto (Dios), en la esencia del ser humano. Eso se enseña y se vive.
“No matarás” (ni a tu enemigo).
El otro como prójimo y hermano.
Colaboraron: Dios, el Cristo: “La Biblia” y “El Corán”; Sigmund Freud: “El malestar de la cultura” y “El yo y el ello”; Zygmunt Bauman, Gustavo Dessal “El retorno del péndulo; Sobre el psicoanálisis y el futuro del mundo líquido”; Julia Shaw, doctora en psicóloga criminalística, University College de Londres