La solicitud de vacancia del mandatario peruano, en medio de la pandemia y crisis económica, a escasos seis meses de la elección presidencial y por un escándalo “menor”, favorecer a un antiguo colaborador, el productor musical Ricardo Cisneros, con contratos por un monto total del US$ 50.000 dólares, pareciera excesiva y extemporánea. Pero es ilustrativa de la tensión que existe entre el gobierno y el parlamento.
Una tensión antigua, que se origina desde que Vizcarra asumiera el cargo en reemplazo del destituido mandatario Pedro Pablo Kuczynski. Enarbolando las banderas de la transparencia y en contra de la corrupción que involucra a no pocos parlamentarios, dirigentes políticos, jueces y miembros del poder ejecutivo. Martín Vizcarra ha impulsado una plataforma de reformas políticas que lo han enfrentado con el Congreso.
Hace menos de un año Martín Vizcarra disolvió el parlamento para llamar a nuevas elecciones, pero la situación, lejos de mejorar, tendió a agravarse. Sin ir más lejos este nuevo parlamento no entregó el voto de confianza para el gabinete encabezado por Pedro Cateriano. En su reemplazo el presidente Vizcarra designó a su ministro de Defensa, el general en retiro Walter Martos.
Martín Vizcarra ha denunciado una verdadera conspiración de parlamentarios para destituirlo a escasos meses que cumpla su mandato, optando por acudir al Tribunal Constitucional en una demanda por competencia, cuestionando el artículo de la Constitución que permite al parlamento declarar la vacancia por supuesta “incapacidad moral”, que admite muy laxas interpretaciones.
Esta nueva crisis se desató luego que el parlamentario Edgar Alarcón (denunciado por enriquecimiento ilícito y peculado durante el ejercicio de su cargo como contralor de la República) presentara ante el congreso unos audios de conversaciones entre el presidente y algunos de sus colaboradores (as) intentando minimizar u ocultar sus contactos con el productor musical, conocido como Richard Swing, beneficiado por los cuestionados contratos.
La iniciativa pierde terreno
Pese a que la moción parlamentaria para abrir el debate sobre una eventual destitución o vacancia del presidente fue aprobada por 65 votos y 24 abstenciones, contra 36 parlamentarios que la votaron en contra, es muy dudoso que la iniciativa prospere.
Varios líderes opositores, entre otros Keiko Fujimori, han retrocedido, sosteniendo que no existen méritos suficientes para declarar la vacancia. Sobre todo luego que se conociera la llamada del Presidente del Congreso, Manuel Merino (militante de Acción Popular cuyo líder es Antauro Humala), a los altos mandos de las FF.AA. para informarles que el parlamento había iniciado el proceso de vacancia del presidente. Una llamada que el parlamentario reconoce, sosteniendo que su intención habría sido “tranquilizar a la FFAA”.
“Las llamadas no sólo fueron imprudentes y fuera de lugar, sino que colisionan con el orden democrático” sostuvo el ministro de Defensa, acompañado por los jefes del comando conjunto de las FF.AA. y de las tres ramas de la policía nacional, evidenciando el protagonismo de las instituciones armadas en la política doméstica.
Probablemente el presidente Vizcarra logre sortear esta nueva e inoportuna crisis, pero sus relaciones con el Congreso no mejorarán. Le esperan tiempos borrascosos en los meses que le restan de mandato. Con una emergencia sanitaria que no da signos de mejoría, una profunda crisis económica y graves turbulencias políticas. A la demanda por vacancia se suma el intento de acusar constitucionalmente a su ministra de Economía por grave abandono de deberes.
Incertidumbre de cara al futuro
Las elecciones presidenciales están programadas para el próximo mes de abril y nadie se atreve apostar qué puede suceder. Martín Vizcarra, que pese a la crisis goza de popularidad, está impedido de postularse a la reelección y no deja sucesión, Muchos de los “históricos” líderes políticos enfrentan procesos por corrupción (entre ellos Keiko Fujimori) o están en prisión (es el caso de Antauro Humala, hermano del expresidente Ollanta Humala, igualmente procesado). Y una reciente ley impulsada por Vizcarra, que bien podría estar en el origen de esta nueva crisis, prohíbe la postulación de personas sometidas a procesos judiciales.
El mapa político peruano está muy fragmentado, un fenómeno bastante generalizado en la región, que abre serias interrogantes acerca del futuro. Candidatos y candidatas hay mucho(a)s. Lo verdaderamente complejo es conformar mayorías que puedan sostenerlos.
Candidatos y candidatas hay mucho(a)s. Lo verdaderamente complejo es conformar mayorías que puedan sostenerlos.