La importancia de un buen descanso de tu mascota
Dormir no es solo una necesidad fisiológica: es un acto de autocuidado, un momento en que el cuerpo se repara, el estrés baja y el ánimo se equilibra. Esto no solo aplica a las personas. Nuestras mascotas también necesitan un entorno y condiciones adecuadas para dormir bien. Aunque muchas veces enfocamos nuestra atención en la alimentación, los juguetes o las vacunas, el descanso sigue siendo uno de los aspectos más subestimados en el bienestar animal.
A lo largo del día, los perros y gatos enfrentan una serie de estímulos físicos y emocionales. Un espacio propio, tranquilo y cómodo es esencial para que puedan reponerse. Elegir adecuadamente entre las muchas opciones de camas para perros, o considerar los hábitos y preferencias de los gatos al descansar, puede parecer un detalle menor. Pero no lo es.
Ya sea que busques asesoría profesional o productos específicos, una tienda de mascotas bien equipada puede ofrecer soluciones pensadas para el verdadero bienestar de tu compañero. No se trata de exagerar cuidados, sino de brindarle un entorno que respete sus necesidades físicas y emocionales.
El descanso y la salud emocional en perros y gatos
El sueño no cumple solo una función biológica. A nivel emocional, los animales necesitan dormir para gestionar su entorno, reducir la ansiedad y mantener la calma. Los perros, por ejemplo, pueden dormir entre 12 y 18 horas diarias dependiendo de su edad y nivel de actividad. Los gatos, por su parte, llegan fácilmente a dormir más de 16 horas al día, siendo animales crepusculares que alternan fases activas con siestas prolongadas.
Un perro que duerme mal puede presentar comportamientos agresivos, decaimiento o apatía. En los gatos, el impacto puede manifestarse en conductas evasivas, problemas con el arenero o incluso comportamientos destructivos. Dormir mal no es solo un problema puntual, es una señal de alarma.
¿Dónde y cómo debe dormir tu mascota?
Cada especie tiene sus preferencias y rutinas. Los perros suelen disfrutar de un lugar fijo, con cierta privacidad, lejos del paso constante de personas. Prefieren superficies estables, sin demasiados cambios. Los gatos, en cambio, valoran tener varios lugares de descanso según la hora del día, y muchos eligen espacios en altura o con vista a una ventana.
Para ambos casos, es clave observar su comportamiento. Si un perro se cambia constantemente de lugar o duerme en posiciones poco naturales, probablemente su cama no es la adecuada. En los gatos, si evitan sus lugares habituales, puede ser señal de que hay ruido, frío o inseguridad en ese espacio.
Los errores más comunes al elegir el lugar de descanso
Muchas personas, con la mejor intención, improvisan el espacio donde su mascota duerme. Pero no basta con tirar una manta o poner una caja en el suelo. Estos son algunos errores frecuentes:
- Elegir una cama muy pequeña, donde el animal no puede estirarse
- Usar materiales sintéticos que dan calor o retienen humedad
- Ubicar la cama cerca de una puerta, lo que genera corrientes de aire
- Colocar la cama donde hay mucho ruido, como la cocina o el pasillo
- No lavar la cama con frecuencia, generando malos olores y ácaros
Aunque parezcan detalles menores, impactan directamente en la calidad del sueño.
¿Dejar o no que duerman en la cama del humano?
Esta pregunta no tiene una única respuesta. Algunos expertos recomiendan evitarlo para mantener rutinas de sueño independientes, higiene adecuada y prevenir comportamientos de dependencia. Otros veterinarios señalan que, en ciertos contextos, compartir la cama puede fortalecer el vínculo y no representa un problema.
En los gatos, que son más autónomos, lo habitual es que decidan cuándo y dónde dormir, incluso si eso incluye la cama de su dueño. En perros, especialmente los de razas guardianas o ansiosas, dormir en la cama humana puede reforzar conductas de protección excesiva.
Lo importante es mantener rutinas claras, higiene constante y observar cómo impacta esta decisión tanto en el animal como en la persona.
Cómo saber si tu mascota no está descansando bien
Aunque no puedan decirlo con palabras, sus gestos, posturas y hábitos lo comunican con claridad. Estas son algunas señales de alerta:
- Se despiertan con facilidad ante cualquier sonido
- Presentan rigidez al levantarse o se estiran excesivamente
- Cambian de lugar muchas veces antes de acostarse
- Roncan, respiran mal o jadean mientras duermen
- Tienen temblores, sobresaltos o movimientos involuntarios
Si detectas alguno de estos síntomas, considera consultar con un veterinario. A veces no se trata solo de una cama, sino de una condición médica subyacente.
Cómo preparar un buen espacio de descanso
Sea que tu mascota duerma dentro o fuera de casa, hay varios aspectos a tener en cuenta:
- Evita zonas de paso: necesitan tranquilidad
- Busca un lugar con sombra en verano y abrigo en invierno
- Asegúrate de que no haya humedad en el suelo
- Incluye mantas lavables o alfombras antideslizantes
- Si es un gato, ofrece varias alternativas: una en altura, otra escondida, otra soleada
En la Guía de Tenencia Responsable de Mascotas del Ministerio de Salud de Chile, se destaca que el entorno de descanso debe ser parte integral del cuidado diario, junto con la alimentación, la salud y la compañía emocional.
Los gatos y su forma particular de dormir
A diferencia de los perros, los gatos prefieren descansar en distintos lugares a lo largo del día. No les gusta dormir siempre en el mismo sitio. Pueden cambiar de rincón según el clima, el nivel de luz, el ruido o su estado de ánimo.
Esto no significa que no debas comprarle una cama. Al contrario, ofrecerle más de una alternativa, en distintos puntos de la casa, permite que el gato elija y se sienta seguro. Las camas tipo cueva, los iglús o incluso hamacas instaladas en alturas son especialmente apreciadas por ellos.
Lo que tu mascota te enseña sobre el descanso
Ver dormir a un perro o gato profundamente es una lección de vida. Ellos no sienten culpa por descansar, no dudan en buscar lo que les hace bien, ni postergan su bienestar por cumplir expectativas ajenas. Nos recuerdan que dormir no es perder el tiempo, sino ganar salud.
Observar sus hábitos, entender sus preferencias y mejorar su entorno de descanso es parte de nuestro rol como cuidadores responsables. No es un lujo, es una necesidad.
Cuidar el sueño de nuestras mascotas es también cuidar su alegría, su energía y su equilibrio. Una cama cómoda, un lugar tranquilo, una rutina sin sobresaltos… todo eso, aunque invisible, construye su bienestar día tras día. Porque cuando ellos duermen bien, todo en casa respira mejor.